viernes, 11 de junio de 2010

No sé de dónde, cuándo, ni por qué


Hay tareas titánicas, inabordables. Tareas para las que uno se sabe incompetente mucho antes de haberlas si quiera planteado. Tareas que desbordan y abruman, llevando a quien las acomete a verse enmarañado sin remedio, desmedidamente hundido.

Hay tareas en las que uno se empeña. En las que aunque su camino le aparte, uno se afana en tratar de re-conducirse, en reescribir los mapas. Hay tareas que uno busca, que no se le presentan, y se convierten así en agónicas utopías.

Hay veces que uno no está preparado para las cosas y en el orgullo supremo y retorcido, se empobrece midiéndose, sin vara y sin vestido, para humillarse todo.
Quizá no haya un destino previamente escrito, pero quizá haya caminos "no recomendables" por mucho que sean conocidos, transitados e incluso populares. Algunos no somos hábiles para determinadas cuestiones...que duro descubrirlo, cuando el corazón está comprometido.

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