Aprovecho el final de la tarde para leer algunos blogs.
Siempre me sorprende la claridad de ideas de algunas personas y la facilidad para transmitirlas, concretas, transparentes. Pienso en esa habilidad que tan útil pareciera, tan beneficiosa. No hay comunicación que se precie que no gane si sus interlocutores poseen esta capacidad.
Sin embargo la claridad de ideas y su transmisión no abundan.
Yo no soy de las personas que piensan que las cosas son blancas o negras, distingo un ámplio abanico de tonos intermedios, pero creo que con las palabras pasa algo completamente diferente. Me explico, las palabras según se combinen pueden lanzar distintos mensajes, no es lo mismo poner una "coma" que un punto, y tampoco utilizar un orden u otro.
En definitiva, si uno se fija, es fácil utilizar las palabras para decir casi exactamente lo que uno quiere. Al menos por escrito, que tiene uno más tiempo para pensar. Por este motivo me parece complicada la confusión repetida, la disculpa reiterada del que abusa del "no quise decir eso...", el fatal arrepentimiento de quien de forma obscena se autocorrige sistemáticamente haciendo suyo el famoso refrán "donde dije digo, digo Diego".
No condeno el predecible error humano, en el que de forma sistemática caemos, sino del abominable uso del lenguaje como excusa para el desdén y el abuso, para esconderse vilmente y retractarse haciendo parecer a la víctima verdugo y al explícito un bárbaro.
En fin, gracias a todos aquellos que usan de esa habilidad y que ponen las palabras en el orden que quieren, cuando y como quieren y no están constantemente lamentándose de haberlas combinado de esta forma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario