miércoles, 16 de junio de 2010

"ni un tantito así"

Hay días que son así. Pesados, amargos, agotadores...

Hay días tan abominables, que a uno le pareciera imposible dejarlos atrás, cruzar la barrera de las doce y sentir, como la cenicienta, que todo se transforma de nuevo. Aunque en este caso eso sería un alivio.

Hay días en los que los que nos rodean se empeñan en demostrarnos lo ruines que pueden llegar a ser los seres humanos, lo autodestructivos. Y no podemos por menos que sufrir con ellos o por ellos y hasta a veces contra ellos. Porque éstos, los abatidos destructores, no dudan en llevarse por delante a quien se ponga en frente, sea amigo o enemigo, sean cuales sean sus intenciones.

Hay días que pasan dejando regueros de sangre en lo más hondo y que a pesar de eso, pasan. Se archivan en una historia reciente, inolvidable, desgarradora, pero historia al fin y al cabo.

Hay días, en los que somos capaces de descubrir lo mucho que valemos. Que podemos mirar con serenidad hacia dentro, porque todo lo demás está lleno de ruido. Nos miramos y pasamos del miedo a la condescendencia y de ahí, si somos sensatos y prudentes, a la admiración: somos fuertes, personas dignas de ser humanas, capaces de sentir y de dar, supervivientes natos, ilustrados profetas de la vida que llevamos indeleble la huella del porvenir.

Hay días, por eso, en que Tú eres lo más importante. Y no puedes dar más, no puedes hacer más. Y aunque el cansancio te invada, no puedes, no debes, no es justo que des "ni un tantito así" de poder al mundo, para hacerte creer que mañana será mejor seguro.

Para las que luchan, las de los adversarios difíciles, las que han tenido días como éstos y saben que son "lo más importante".

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