miércoles, 5 de mayo de 2010

NUEVOS TIEMPOS



Llegan nuevos aires, y con ellos, ventiscas y huracanes, también brisas.

Todo se revuelve y la caja parece vacía. No imaginaba que los vientos se movieran en esa dirección, pero éstos siempre son imprevisibles.

Ni siquiera yo, guardiana de los mismos, soy capaz de manejarlos. Aunque descubrí parte de su secreto, aprendí a convivir con ellos, a sacarlos partido.


Veo al huracán, devastador, caótico, potente. Con su paso modifica todo el entorno, descoloca y exige un cambio, un esfuerzo. Reubicar cada cosa, buscar de nuevo su sitio, modernizar, desechar, olvidar, humanizar...

Viene la ventisca acompañada de agua o nieve, nublando la vista temporalmente, azotando los rostros, desorientando las almas...te sientes ciego de repente, actúas por instinto. Obliga al caminante a confiar, a amarrarse a lo más firme que encuentre, a esperar si es pertinente. Y cuando pasa todo está mucho más nítido, como pareciera que nunca hubiera estado antes.

Se acerca la brisa, bailando serena entre los árboles, meciéndose junto a las frágiles piernas de los niños, refrescando y saludando, mostrándose cercana y accesible. Y se va colando por los rincones dormidos, despertando suavemente corazones, movilizando la primavera remota, de los acomodados...

Y como un reflejo adormecido, memoria de un quijote y de la mancha, aparecen moviéndose en el cielo, mis brazos extendidos, como aspas.

Venid vientos, volved, aprisa, llevadme hasta el inicio de los tiempos, o de otro tiempo, o de otro día. Volved a vuestro sitio y esperad allí.

No os perdáis ahora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario