jueves, 25 de marzo de 2010

HURACÁN MAIN EAR

No termino de creer que de nuevo tengamos que escuchar tanta demagogia sólo por conseguir crispar aún más un ambiente que ya está en "crisis".

Falta la conciencia en un momento en el que la sociedad no está para estos trotes, momento en el que es difícil creer en algo y en alguien. Una situación en la que decenas, miles de personas ven como su futuro se mueve a merced de vientos que no se conocen.

Es curioso que para este huracán no hayan inventado aún un nombre.

Y aún así volvemos a la carga, creemos crispación y aburrimiento, a ver si así la gente definitivamente se inmola y el paro desciende por causas "naturales".

En todas las épocas aparecen villanos, entrampados personajes que llenan de edictos y bandos los poblados, mintiendo y mancillando el buen nombre del Robin de turno. No quisiera decir yo tanto del Señor Zapatero (cuasi-Robin en esta historia), pero no se si exagero en cuanto al Señor Mayor Oreja.

Creo lamentable el abuso que se hace como resultado de la popularidad, la insensata proeza de sembrar la desdichada sombra de la duda en quienes, apelando a quién fué y dónde se mueve (¿católico convencido?, se dejan embaucar por sus palabras y empiezan a temer confabulaciones y traiciones y ver de nuevo dos Españas, una que debe ser liberada y otra llena de traidores, rojos, terroristas...

No sé dónde fue, pero recuerdo muy bien haber escuchado esto en un espectáculo cómico, hace al menos quince años y no se me olvidan las enormes carcajadas del numeroso público por excéntrico y vulgar, por anacrónico y absurdo.

Aún recuerdo también, las caras compungidas de aquellos que reclamaban tras las manifestaciones de la guerra de Irak, una reparación porque decían que se les insultaba llamándoles terroristas, total por iniciar una guerra ilegal.

Qué curiosa la historia y la memoria que juega éstas y otras malas pasadas.

Me aburre, me daña, me revuelve...que alguien devuelva a toda esta gente a la realidad y les digan de una vez que mientras ellos se mueven en sus cochazos, hacen vacaciones en sus fincas, yates y cortijos privados, las familias tienen la soga al cuello, a los más marginados ya no les llegan las ayudas y muchas de las primeras empiezan a ser parte de los segundos.

Ya basta Señores, que "A Dios rogando y con el mazo dando".

1 comentario:

  1. Por eso es importante decir y escribir. En estos casos, el silencio puede ser asentir.
    Por eso espero siempre que llegue la noche, por que siempre tienes algo que decir.

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