griterios, risas y canciones.
Colmaron sus presencias mi vacío, volviendo mi alma hacia su alma, mi sueño hacia el olvido.
Corretearon gráciles junto a mis piernas, en piruetas arriesgadas y mortales,
transformaron mi tarde solitaria, en pública función de carnavales.
A ellos les doy mi vida, les di la vida, mi vida llevan
caminando a grandes pasos por el tiempo
que casi se me olvida mi camino,
sino recorro tras sus pies la senda.
De la Cruz de mi cintura se escurrieron
y bajaron de mi pecho hasta su cuna
abrazaron mi cuello tras su llanto
y se prendieron por siempre en mi sonrisa
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