domingo, 14 de marzo de 2010

ELLOS

Llegaron los sonidos de sus voces,
griterios, risas y canciones.

Colmaron sus presencias mi vacío, volviendo mi alma hacia su alma, mi sueño hacia el olvido.

Corretearon gráciles junto a mis piernas, en piruetas arriesgadas y mortales,
transformaron mi tarde solitaria, en pública función de carnavales.

A ellos les doy mi vida, les di la vida, mi vida llevan
caminando a grandes pasos por el tiempo
que casi se me olvida mi camino,
sino recorro tras sus pies la senda.

De la Cruz de mi cintura se escurrieron
y bajaron de mi pecho hasta su cuna
abrazaron mi cuello tras su llanto
y se prendieron por siempre en mi sonrisa


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